QUO VADIS?
El Aula de la Artes de la Universidad Carlos III de Madrid y el Centro de Tecnología del Espectáculo acometen el Proyecto de Educación Artística con el estreno de las “zarzuelas de magia disparatada” Quo Vadis? (1901) y Plus Ultra (1902), con música de Ruperto Chapí (1851-1909) y libreto de Sinesio Delgado (1859-1928). El espectáculo, que cuenta con dirección artística de Enrique Viana, dirección musical de Manuel Coves, y dirección de coro escénico de Jerónimo Marín, funde las dos obras de género chico en una mayor.
Se trata de una colaboración interdisciplinar que tiene como objetivo la formación de los alumnos desde sus áreas creadoras: orquesta, coro, cantantes, actores, bailarines; así como futuros profesionales de la tecnología del espectáculo: escenógrafos, iluminadores, sonidistas, maquinistas, figurinistas, caracterizadores, regidores… Ellos han puesto en pie este montaje, primero en el entrenamiento de sus talleres específicos y luego en los ensayos y el estreno. La transmisión de los valores pedagógicos de la cultura es el eje sobre el que gravita este proyecto, en una puesta en valor del trabajo en equipo y del componente formativo de las artes escénicas.
En “Quo Vadis?”, Aniceto Monsalve, un actor en paro, vagabundea por las calles, con frío y con hambre. De repente se le aparece una Maga, que le encomienda la liberación de la Princesa encantada: deberá romper el hechizo que la aprisiona y desposarla, si lo hace ganará techo y comida. Para acompañarlo en su misión la Maga le ofrece un talismán: un croissant cuya virtud se halla en que nadie lo coma. Como si viajara en una máquina del tiempo, Monsalve se enfrenta a los jueces de la Inquisición que lo condenan por brujo; es enviado por El Cid y Jimena a luchar contra la morisma; es apresado por los guardias del Emir de Córdoba; se aparece en un banquete romano, es obligado a competir como cantante lírico con el mismísimo Nerón y lanzado al anfiteatro para luchar con un tigre; aparece en Babel y tiene que ayudar a construir la Torre; ante el trono del Emperador de China es convertido por Merlín en un mandarín traidor. Siempre salvado de lo peor por su talismán, Monsalve va sorteando los obstáculos y recibe al final como premio la mano de la princesa, sin que ello le cause demasiada ilusión…